Nunca estoy solo. La sabiduría y el valor divinos me fortalecen para superar los desafíos con éxito. Soy guiado con seguridad a través de mis retos.
Mi fe en el todo poderoso me da la confianza que todo está bien. Yo soy el gran círculo mágico de protección alrededor mío que es invencible y que repele cualquier elemento discordante que intente entrar a molestarme.